jueves, 10 de mayo de 2012

Lo que dejo el Debate de la Expropiación de YPF

Después de semanas de debates en el Congreso, distintos medios de comunicación y las distintas propagandas del Gobierno, queremos dejar nuestra posición sobre lo que significa este hecho.

Si decimos que hoy recuperamos YPF, queremos decir por otro lado que hubo un tiempo que no fue “nuestra”, que no fue estatal. YPF fue víctima hace 20 años exactos de las políticas neoliberales desarrolladas por el Justicialismo y fue el puntapié del resto de las privatizaciones; el Socialismo con sus dos Diputados Nacionales, que eran Alfredo Bravo y Guillermo Estévez Boero, se opusieron tenazmente a que el Estado pierda el control. Y fue la posición que hemos sostenido coherentemente estos últimos 20 años, situación de coherencia que no se ve en muchos funcionarios y legisladores oficialistas actuales: muchos de los que hoy militan la estatización fueron los mismos que ayer la privatizaron.

Como en aquel momento nos manifestamos en contra de la privatización, hoy apoyamos esta expropiación, a pesar de sus distintos matices. Esta medida adoptada por el Gobierno tiene que ser el puntapié para diseñar una política energética que hasta ahora, desde el Socialismo, consideramos equivocada. Y decimos esto porque se manifiesta en distintos puntos: hoy hay un rojo en la balanza comercial energética, hay un agotamiento de las reservas, una caída en la producción y ya desde hace años hay una necesidad creciente de las importaciones. Desde hace unos cuantos años venimos planteando estos problemas; problemas que funcionarios del Gobierno se encargaban de negar constantemente, y hoy paradójicamente empiezan a denunciar: negar esta situación de “crisis” energética es como querer tapar el sol con la mano. Los problemas energéticos traducidos a números son concretos y los venimos manifestando desde hace tiempo: deterioro del saldo comercial energético que determina que la importación de combustibles el año pasado llegue a los 9.397 millones de dólares; caída de la producción total de petróleo de 15,9 millones de metros cúbicos entre 1998 y 2011; caída del nivel de producción de gas de YPF en 7 millones de metros cúbicos entre 2004 y 2011; caída, en el mismo período, de reservas de gas y petróleo en un 50%; aumento en dólares de los combustibles por encima de la inflación en los últimos años; entre 2008 y 2011 la nafta súper aumentó un 113%, la nafta premium un 140% y el gasoil un 161%; remesas indiscriminadas de utilidades de Repsol al exterior entre 1997 y 2010 por 14.200 millones de dólares.

Hoy asistimos a una YPF que tiene entre 5 y 8 reservas de petróleo cuando previo a la privatización tenía unas 30 reservas. Fue la misma política de saqueo, que se mantuvo hasta ahora, la que no invirtió un peso en la exploración de nuevas reservas y la creación de nuevas refinerías, la que solo se encargo de crear Estaciones de Servicios. Fue la metodología del Capitalismo sin control instaurado en los 90 que se encargó (y todavía se encarga) de maximizar la renta en el menor tiempo posible.

En este debate no se habla, por ejemplo, del Cerro Dragón que no entra dentro de YPF. El Cerro Dragón se encuentra entre las provincias de Santa Cruz y Chubut, y es el principal yacimiento petrolífero de la Argentina y representa el 25% de las reservas nacionales. ¿Saben por qué no se habla? Porque todavía se mantienen vigentes los decretos desreguladores de la actividad, sancionados en los 90, que son las mismas políticas de saqueo que siguen sin derogar. Queda evidente que una de las cuestiones omitidas en este debate fue la necesidad de una nueva Ley de Hidrocarburos en la Argentina, con la previa derogación de los decretos menemistas que fueron lo que instalaron esta sociedad de mercado, en donde la salud, la educación, el trabajo y la energía son meras mercancías.

El otro punto en discusión, es el Artículo 15 de la presente ley donde en su último párrafo dice textualmente: “para el desarrollo de su actividad, YPF Sociedad Anónima continuará operando como una sociedad anónima abierta, en los términos del Capítulo II, Sección V, de la Ley 19.550 y normas concordantes, no siéndole aplicable legislación o normativa administrativa alguna que reglamente la administración, gestión y control de las empresas o entidades en las que el Estado nacional, o los estados provinciales, tengan participación”. Ahora vamos a pasar a transcribir el Artículo 6 de la Ley 24.145, en donde vamos a encontrar unas similitudes: “…regida por la ley 19.550, Capítulo II, Sección V, artículos 163 a 307 (texto ordenado en 1984), con la finalidad de que sea una empresa de hidrocarburos integrada, económica y financieramente equilibrada, rentable y con una estructura de capital abierto. Mientras la participación del Estado Nacional y de las Provincias en el capital social de YPF Sociedad Anónima sea mayoritaria, no le será aplicable a esta empresa legislación o normativa administrativa alguna, dictada o a dictarse, que reglamente la administración, gestión y control de las empresas en las que el Estado Nacional tenga participación.” ¿Saben a qué Ley nos referimos? Es la ley de privatización de YPF. Por eso planteamos que no puede estar el Artículo 15 en la presente Ley.

La última cuestión es la participación de las provincias que no son petroleras en el Consejo Federal que la misma ley establece. La participación se acota a una silla en el Concejo pero sin ninguna acción, lo que nos parece muy contradictorio y sin ningún argumento sólido. En primer lugar, y viendo las distintas votaciones en el parlamento, las provincias tienen que participar porque a YPF la vamos a recuperar y construir entre todos; en segundo término YPF no es solo un pozo de petróleo sino también son sus refinerías, petroquímicas y toda su red de comercialización. Por ejemplo, la provincia de Buenos Aires cuenta con la refinería de La Plata, que procesa el 65% del crudo de YPF.

Desde ya apoyamos esta iniciativa, pero como ya fundamentamos tiene que ser el puntapié para cambios más graduales y de fondo. Rediscutir el nuevo rol que tiene que ocupar el Estado argentino. Muchos plantean la teoría del medio vaso vacío y el medio vaso lleno: nosotros ponemos énfasis en el medio vaso vacío y otros ponen énfasis en el medio vaso lleno. Pero la coincidencia es que el vaso está por la mitad. Entonces, está bien, y es real, que ha habido un crecimiento macro económico virtuoso en todos estos años producto de los superávit gemelos: el comercial y el fiscal. Es verdad que hay hechos positivos, como la asignación por hijo, las paritarias o la ley de medios, entre muchos más que podemos nombrar. Pero también tenemos que decir que el Gobierno tiene deudas pendientes como lo es en materia energética; el tema de los subsidios en donde les hemos dicho durante muchos años que se tenía que dejar de subsidiar a los ricos en la Argentina porque era dinero de los pobres que iba hacia los ricos; después de 9 años de gestión, en donde ha habido tantos superávit fiscales importantes y no se ha discutido nunca una reforma tributaria; no se ha impulsado una reforma del sistema financiero ni se habla de gravar la renta financiera; tampoco se ha avanzado en un nuevo marco regulatorio de los servicios públicos concesionados.

Estamos convencidos que estos son los temas de agenda, los desafíos de esta nueva etapa que se inicia con la estatización del 51% de YPF como puntapié. Siempre pensando en el país y no en las encuestas, no en quien tiene rédito político, sino en que tenemos entre todos que construir definitivamente un país más justo, más solidario y con más libertad para todos los argentinos.

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