miércoles, 20 de abril de 2011

Discriminación y Violencia

La discriminación, cualquiera sea su causa, es el barro en que se fragua la violencia. Justifica el ejercicio del poder de los que se creen superiores sobre aquellos y aquellas a quienes, por distintas razones, se considera diferente. El problema no radica en que seamos diferentes, todos y todas lo somos, sino en el hecho de que esa diferencia se traduce en desigualdad en el efectivo ejercicio de los derechos.

El patriarcado, forma de organización social que se sustenta precisamente en este pensamiento, considera que lo masculino es superior a lo femenino.

Según Marta Fontela “… el patriarcado puede definirse como un sistema de relaciones sociales sexo-políticas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y colectiva, oprimen a las mujeres también en forma individual y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos o mediante el uso de la violencia.”

La Organización Mundial de la Salud habla de la violencia contra las mujeres como de una pandemia, porque se extiende en todo el mundo, todas las culturas, todas las clases sociales. Tiene además, con relación a otras pandemias, un agravante, ha sido silenciada, tolerada y naturalizada, es decir, forma parte una cultura patriarcal basada en la convicción de que los hombres son superiores a las mujeres y pueden ejercer poder sobre ellas. Esta creencia, justificada por el discurso filosófico, jurídico, religioso y médico ha generado una conducta discriminatoria que se traduce en violencia. Violencia que se padece en la case, en la calle, en la escuela, en las instituciones, a través de los medios de comunicación, etc.

Una violencia que se manifiesta de distintas maneras, puede ser verbal, psicológica, física, sexual, simbólica, económica. Hablamos de humillaciones, insultos, golpes, retaceo del manejo de los bienes comunes, diferencias salariales, violaciones y muertes.

En nuestro país en 2009 se verificaron casi 300 femicidios; para fines de 2010 se sobrepasaron los 216. ¿A qué llamamos feminicidio? A los crímenes que se comenten contra las mujeres por su condición de tales, por ser mujer. No se trata de un asesinato en el transcurso de un robo, eso le puede pasar a un hombre o una mujer. Hablamos de asesinatos, en su mayoría cometidos por parejas o ex parejas y encubiertos muchas veces bajo el título de “Crimen Pasional”. No hay ninguna pasión, no hay honor mancillado, no hay ninguna clase de amor ciego. Lo que tenemos es un hombre que se siente “más macho” que persona y cree que tiene el derecho de imponer a una mujer su voluntad porque – volvemos al concepto inicial – se siente con más poderes, con más derechos porque ha sido educado dentro del sistema patriarcal del que hablábamos.

Desarticular este sistema es una tarea ardua y permanente.
Necesitamos de muchos actores sociales, instituciones, organizaciones y legisladores. La escuela y los medios de comunicación resultan de una gravitación esencial.

Formarse en la igualdad supone romper con los estereotipos de género estructurados a lo largo de la historia, que coloca a las mujeres en el lugar de “naturales” reproductoras y cuidadoras de hijos o hijas, maridos, familiares mayores, etc.

Nadie puede ya poner en duda el avance fenomenal que en la normativa nacional e internacional han logrado las mujeres. No se puede negar la visibilidad que se le ha dado al problema de la violencia ejercida sobre esta mitad de la población. Las mujeres han logrado, a fuerza de lucha militante – que así se conquistan los derechos – a ocupar los espacios que por siglos nos fueron negados.

Sin embargo, el sistema patriarcal sigue cobrándose vida de mujeres: son la mayoría de las víctimas de la trata de personas; perciben menor salario por igual trabajo; sufren, en algunos lugares de este mundo, la lapidación o la infibulación genital; sus cuerpos constituyen el botín de guerra en muchos entrenamientos, especialmente aquellos que se producen entre etnias.

La igualdad entre hombres y mujeres no puede ser un slogan de campaña, para nosotros como Juventud Socialista es un reclamo y una lucha a la par de todas las mujeres para erradicar la violencia.

lunes, 11 de abril de 2011

Proyecto del Bloque de Diputados Socialistas en defensa de la Comunidad Mapuche

La Diputada Socialista Mónica Fein presentó un pedido de informes al Poder Ejecutivo Nacional sobre el conflicto territorial entre la comunidad Mapuche Santa Rosa, de la provincia de Neuquén, y la Compañía de Tierras del Sud Argentino Sociedad Anónima, propiedad de la multinacional Benetton.


“La historia del pueblo mapuche en nuestro país es la misma historia de usurpación de territorios y discriminación política, cultural, económica y social que viven todos los pueblos indígenas del país y de América latina a partir de la colonización de nuestro continente”
, señala Fein, quien agrega que “el conflicto por el territorio de la comunidad Santa Rosa, con la Compañía de Tierras del Sud Argentino Sociedad Anónima, surge públicamente cuando a principios de 2004 esa empresa, ya de propiedad de Benetton, recurrió al sistema jurídico argentino para expulsar a las familias mapuches de sus tierras con el objeto de facilitar la crianza de ovinos, materia prima fundamental para su industria textil. En los últimos 15 años, Benetton ha adquirido aproximadamente 900 mil hectáreas de tierra en las provincias patagónicas de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, justamente con el objetivo de satisfacer la demanda de lana para su industria”.


El despojo de sus tierras ancestrales contradice el articulo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional Argentina que “reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos”. El despojo a los mapuches contraviene también el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas (convenio ratificado por nuestro país a través de la Ley 24.071), que establece el compromiso de los estados de reconocer a los pueblos indígenas el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan y, que además los estados “deberán tomar medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos indígenas a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia. … se deberá prestar particular atención a la situación de los pueblos nómadas y de los agricultores itinerantes”.

La iniciativa consulta:


1) Si el Instituto de Asuntos Indígenas, como establece la ley de su creación y el decreto reglamentario, ha relevado catastralmente los territorios tradicionalmente ocupados por las comunidades mapuches.

2) Indique específicamente si las tierras en conflicto han sido relevadas y cuál fue el resultado de dicho acto; en caso de no haberse relevado, informe si las mismas fueron objeto de reclamos anteriores por parte de sus actuales ocupantes.

3) ¿Cuál es la actuación institucional y jurídica del Estado Nacional con respecto a las causas judiciales relacionadas con reclamos de tierra por parte de los pueblos originarios?

4) ¿Qué postura asumió el INAI con respecto al último fallo judicial del día 3 de marzo que ordena el desalojo de los mapuches de la comunidad Santa Rosa?

5) Detalle las acciones llevadas a cabo a fin de hacer cumplir la Constitución Nacional, y la Ley 26.160 de emergencia habitacional indígena.

6) Informe en qué fecha está previsto culminar el relevamiento de tierras dispuesto en la ley 26.160.

sábado, 2 de abril de 2011

Las Malvinas son Argentinas

Este 2 de Abril recordamos los 27 años del inicio de la Guerra de las Malvinas. Pero la disputa comenzó antes, por el año 1833 donde el Reino Unido se apodero ilegítimamente de las Islas, rompiendo con un derecho fundamental que tiene que tener cualquier país en el Mundo: la soberanía nacional.

En esta fecha, pero en 1983, se inició el desembarco argentino en las islas y la guerra terminó el 14 de junio del mismo año, con el triunfo Británico. En el medio hubo jóvenes soldados argentinos, que con muy poca instrucción militar, pelearon y murieron dejando cada vez más manchas a un Gobierno de Facto que nunca se van a borrar. Fueron 649 argentinos que perdieron la vida.

¿Por qué se vienen a quedar con un par de islas? Ahí está el centro de la cuestión, es meramente económica. En 2010 Gran Bretaña inició la búsqueda y explotación de hidrocarburos que son muy importantes en su vida económica, lo que demuestra que algunos países siguen actuando con la misma lógica imperialista que hace 200 años atrás, rompiendo con la soberanía de cualquier país.

Alfredo Palacios decía “nosotros, que repudiamos el derecho de conquista, hemos de protestar contra la injusticia del despojo”. Es por eso que nos preguntamos ¿Hasta cuándo? Todos los años que se reúne la Comité de Descolonización de la Naciones Unidas, invita al diálogo que siempre es ignorado por Gran Bretaña. El asunto de las Malvinas es uno de los últimos enquistes coloniales que forma parte de las cuestiones pendientes del derecho internacional. Las colonias en el siglo XXI son residuos anacrónicos de un mundo que rechaza el orden de la fuerza y reclama la convivencia pacífica global.

Es por eso que como Jóvenes Socialistas no podemos dejar poner entre nuestros primeros puntos a la paz y la convivencia entre todos: no queremos volver a repetir guerras absurdas que solo dejan muertos, hambre y un pueblo o nación pisando a otra. Los enclaves coloniales y el imperialismo no tienen argumento, no conocen justificación, son solo el resultado de la fuerza contrariando al derecho y la justicia.

Las Malvinas son y serán por siempre Argentinas. Por más que hoy solo nuestra presencia se vea marcada en las cruces de aquellas vidas de los jóvenes soldados argentinos, más temprano que tarde habrá una bandera argentina flameando soberanamente.