miércoles, 25 de mayo de 2011

Siempre estarás presente Alfredo

Hoy se cumplen 8 años de la muerte del gran compañero Alfredo Bravo. Creemos que los adjetivos y definiciones que podemos mencionar sobre su persona, tanto como militante, dirigente y maestro son varios, pero en este caso nos quedamos con una definición: un luchador por la justicia, la paz y la igualdad.

Alfredo Bravo fue un militante, con todas las letras, que lo diferenció de muchos dirigentes. Su profesión siempre fue la de maestro, pero su pasión por la lucha contra las injusticias lo llevó a ser dirigente sindical, subsecretario de Educación, uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la CTERA, Diputado y Senador Nacional, y por último Presidente del Partido Socialista. Durante su apasionada vida, Alfredo se dedicó a dar una ardua pelea a favor de la vida y contra todas las formas que representaban la muerte.

A los 17 años se afilió al Partido Socialista, y un año después inició su carrera como Maestro de Grado en una escuela rural. Interrumpida por un año su carrera como docente, por el Servicio Militar Obligatorio, retorno a las aulas en donde sus compañeros docentes les dieron una función clave: ser el corredactor del Estatuto del Docente, esa formidable herramienta legal que consagró los derechos y las obligaciones de los que enseñaban y acabó con los inmorales padrinazgos que hasta entonces hacían falta para ingresar a la docencia y ascender en la carrera profesional.

A fines de los 60, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, Alfredo con un grupo de compañeros docentes logra frenar una reforma educativa que iba en contra de la Educación Pública, logrando así unificar a los gremios docentes. Eso lo llevó, en 1973, a fundar la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), conducida por Alfredo Bravo hasta 1983, en la época más oscura de la historia Argentina. Fue en ese mismo período que Bravo decide fundar, en conjunto con un grupo de dirigentes, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos producto de los asesinatos indiscriminados generados por la Triple A.

Un párrafo aparte se lleva la resistencia activa que llevó adelante, desde el primer día, contra la última dictadura militar en la Argentina. Reclamó en cada una de las comisarías, cuarteles y ministerios, por los hombres y mujeres que desaparecían. Así lo hizo hasta que en septiembre de 1977 le tocó a él ser desaparecido. Un grupo de tareas se lo llevo de la escuela para adultos en la que daba clases. En algún “chupadero” de la provincia de Buenos Aires conoció la tortura de los subordinados de Ramón Camps y de Miguel Etchecolatz. Las presiones internacionales llevaron a que el Gobierno de Facto cambiará la situación de desaparecido a la de detenido. Pasó un año con arresto en una Unidad de La Plata hasta que salió en libertad.

Cuando recobró la libertad, su cuerpo aún tenía las llagas de la tortura, pero su espíritu parecía no tener siquiera un rasguño. Cesanteado de sus cargos como docente, Bravo se convirtió en vendedor de libros y en ese nuevo rol volvió a las escuelas en las que directores y directoras, a sabiendas del riesgo que corrían, le abrían las puertas para que el querido compañero pudiese ganarse la vida.

En 1983, con el retorno de la democracia, el presidente Raúl Alfonsín lo convocó como extrapartidario para ocupar la Subsecretaría para la Actividad Docente. En esa función, Alfredo facilitó el reingreso a la docencia de los cientos de maestros y profesores a los que la dictadura había cesanteado o que habían tenido que dejar sus cargos para marchar al exilio.

En 1987, cuando el Poder Ejecutivo impulsó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, Alfredo Bravo expresó su repudio hacia ambas normas y le entregó su renuncia indeclinable al cargo que ocupaba. Luego, se volvió a la escuela primaria de la que era director. Este último gesto tuvo un significado oculto que merece ser destacado. Al renunciar a la Subsecretaría, Bravo estaba en condiciones de obtener una de las llamadas jubilaciones de privilegio. Como ese beneficio le parecía indigno, decidió eludir la normativa en vigencia, trabajar tres años más como docente y evitar así que le concedieran la suculenta jubilación que obtenían los ex funcionarios.

En 1991, se une al Partido Socialista Democrático y es uno de los que encabeza la Unidad Socialista en donde fue elegido Diputado Nacional con los compañeros Guillermo Estévez Boero y Ricardo Molinas, formando un bloque que peleó contra el menemismo y las reformas neoliberales. Su mandato fue renovado en los años 1995 y 1999. En 2001 fue elegido Senador Nacional pero la mayoría oficialista le despojaría ilegítimamente ese cargo.

Se puede decir que Alfredo conjugo muchos verbos en su vida, pero el principal de todos esos fue UNIR. Unió a los maestros de la República Argentina, unió al socialismo después de 44 años de estériles divisiones. Enseñó que la unidad no se declama, se practica, se concreta en una visión común.

Socialista hasta la médula, su vida fue sinónimo de lucha. Vivió y murió peleando por los derechos humanos, por la justicia, por la libertad, por la igualdad. Fue su socialismo, un socialismo de acción, impregnado de las cosas simples de la vida. Demostró con una actitud coherente, militante, honesta, alejada de pragmatismo, con su generosidad permanente y su solidaridad hacia los más débiles, la profundidad de su conciencia de clase, de humanismo socialista.

Unas cuantas veces, abiertamente y en confianza como era de costumbre, nos dijo que el mayor regalo que había recibido era el de ser candidato a Presidente de la Argentina por el Partido Socialista, fórmula que compartió con el compañero Rubén Giustiniani. Y como era de esperarse, Alfredo la jugó como era su costumbre, a fondo, recorriendo pueblo por pueblo en aquel Dodge amarillo, llevándose la satisfacción de comprobar que tanta gente, aún en los pueblitos más pequeños, más alejados, en Misiones o en Neuquén, se acercaba a decirle: “siga adelante con su lucha, profesor, con su honestidad”. Comprobó que ese prestigio trascendía el resultado mismo de una elección.

Todo eso no fue casualidad, sino que era el reconocimiento a una vida de lucha caracterizada por la búsqueda permanente de la síntesis entre pensamiento y acción. Una vida austera, con profunda coherencia, y sentido ético, al servicio de una Argentina con más igualdad, libertad y justicia social.

domingo, 15 de mayo de 2011

A 25 años de la muerte de Alicia Moreau‏

"Reverdecerá y dará flores el viejo tronco socialista y con él al mismo tiempo florecerá la Nación Argentina en la medida en que el pueblo en su conjunto, la clase trabajadora, nosotras las mujeres sepamos luchar por la democracia por la justicia social, pero también por la paz, paz en la Argentina, paz en el mundo"

Este 12 de Mayo pasado, se cumplieron 25 años de la muerte de la Doctora Alicia Moreau de Justo. Una mujer en cuya actuación el pensamiento y la acción resultan indisociables y se esgrimen con contundencia frente a la realidad política nacional e internacional en cada momento de su centenaria vida.

Nacida en Inglaterra el 11 de octubre de 1885 se dirige a nuestro país, con su familia, a raíz de las cruentas guerras y represiones en que se encontraba la convulsionada Europa en 1890.

Su padre, Armando Moreau, revolucionario francés, que había participado en la Comuna de París en 1871, llegado a Argentina, milita en la organización de los primeros grupos obreros, donde Alicia lo acompaña y comienza a tomar contacto con la realidad que vivían las clases más oprimidas.

Cursa el magisterio en la Escuela Normal Nº 1 de la Avenida Córdoba, donde encontró dos excelentes profesores, Delio Aguilar y Eduardo Holmberg, quienes la pusieron en contacto con el "darwinismo social". A partir de ese momento accedió a un variado y plural mundo de ideas que tenían por denominador común el intento por dar explicación científica a los fenómenos sociales y el propugnar cambios para solucionar las injusticias prevalecientes. Tuvo también como profesor de Instrucción Cívica y Moral a Hipólito Yrigoyen, quien solía facilitarle libros de derecho y la distinguía por sus inquietudes intelectuales.

En 1906 participó del Congreso del Librepensamiento, que tendría enorme impacto en la vida intelectual de entonces y que señalaría su ingreso a la actividad político - social. Expuso una ponencia titulada “La Escuela y la Revolución", que se publicó en el primer número de la Revista Socialista Internacional y en la que sostuvo el triunfo de la razón sobre las supersticiones, cultos y ritos religiosos; y apostó a la escuela científica y libre, como herramienta clave para un nuevo orden social.

En el mismo año fundó el Centro Feminista Argentino y el Comité pro sufragio Femenino, junto a otras mujeres como Sara Justo, Elvira Rawson de Dellepiane y Julieta Lantieri. En el acta de fundación expresan: "El movimiento feminista es un movimiento social organizado con el propósito de reformar la legislación, de abrir carreras, de mejorar las condiciones de trabajo y de hacer desaparecer los prejuicios y las prácticas que impiden a la mujer desenvolver su vida con libertad".

En 1907 se inscribe en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, convirtiéndose en una de las seis primeras mujeres que ingresan y obtiene su título con diploma de honor en 1913, lo que la ubica entre las primeras médicas de Latinoamérica. Se especializa en enfermedades femeninas, única rama en la que podía desempeñarse en un país que no veía con buenos ojos que las mujeres realizaran tareas profesionales.

Paralelamente, con apenas 21 años dicta cursos de divulgación popular junto a Fenia Chertkoff , sobre enfermedades sociales, en tiempos en que la tuberculosis, la sífilis y el alcoholismo hacían estragos en los sectores de menores recursos. Esos cursos se dictaron en la Sociedad Luz, universidad popular fundada por los socialistas a comienzos del siglo pasado.

Ya médica realizó sus prácticas en el Hospital de Clínicas, donde había ingresado por concurso de calificaciones; al tiempo que profundizó estudios de filosofía con el profesor Nicolás Matienzo en la Facultad de Filosofía y Letras, siempre uniendo el pensamiento libre con la acción constructiva.

Durante sus prácticas en el Hospital de Clínicas comprobó que muchas enfermedades tenían su origen en la miseria que sufrían los condenados por un régimen social injusto, denunciando la situación de las mujeres destruidas por la prostitución y las enfermedades. Alicia Moreau había comprendido que si no unía a su tarea de médica, la de la acción política, poco podía hacer para enfrentar el dolor humano.

En 1910 organiza, junto a Cecilia Grierson, la primera médica argentina, el Primer Congreso Feminista Internacional, del que participaron sus pares uruguayas y donde se discutieron temas tan actuales ayer como hoy: igualdad de salario y condiciones laborales, igualdad civil y política, etc. De esa época son sus trabajos: Feminismo e intelectualismo; La escuela laica; La moral de la naturaleza; El aire confinado y la higiene de los trabajadores; El nicotismo en los niños; Congreso Femenino Internacional; El Feminismo en la evolución social.

La educación popular era su pasión. En 1911 impulsa la campaña para fundar una escuela para inmigrantes. Fue parte de la Asociación Pro Educación Laica, que se funda en Morón con el convencimiento de la importancia de la educación en el desarrollo de las personas.

Expuso en una tesis cuestionando la educación pública, sosteniendo que los niños sólo se pertenecen a sí mismos, y que ni los padres, ni la iglesia, ni el estado, tienen derecho a imponerles sus dogmas. Con ese mismo sentido, fundó en 1910 el Ateneo Popular, a fin de promover la educación secundaria y universitaria, fundamentalmente en los sectores populares, funcionando en sindicatos, mutuales y en el Partido Socialista, haciéndose cargo además de la redacción de la Revista Humanidad Nueva.

Desde dicha revista aborda asimismo, temas como la emancipación civil y política de la mujer, otra de sus pasiones. Difunde las ideas de Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin.

En 1918 funda la Unión Feminista Nacional que se proponía ser un medio de concentración de fuerzas feministas, dispersas en el país, con el objetivo de obtener igualdad de derechos para las mujeres; colaboró con la redacción de las leyes de voto femenino, “trata de blancas", reglamentación de trabajo de mujeres y niños, ley de divorcio, jornadas de ocho horas y sábado inglés, entre tantas otras iniciativas que son llevadas al congreso de la mano de los diputados y senadores del Partido Socialista.

Crea el Comité Femenino de Higiene Social cuyo propósito es combatir la trata de personas y la explotación sexual. Se sumaban Alfonsina Storni, Gabriela Loperriere de Coni (PS) (miembro Comité Ejecutivo), Carolina Muzzilli, Julieta Lanteri (Partido Feminista Nacional), Paulina Luisi, de Uruguay, que se suma a la Liga contra la Trata de Blancas, dirigida por Petrona Eyle.

Alfredo Palacios defiende incansablemente la justicia social. Alicia Moreau dirá que Palacios fue el primer diputado que se atrevió a una cosa extraordinaria: la lucha contra la trata de blancas, que destruía miles de mujeres inmigrantes, es especial polacas y rumanas.
En 1920 se afilia al Partido Socialista. Decía por entonces "El conocimiento de lo que es la vida obrera y de lo desguarnecido que estaba entonces el hombre fue lo que me impulsó a ingresar al partido... No existía legislación obrera y el verdadero creador fue Alfredo Palacios (...). Es necesario reconocer, por otra parte, que es el primer partido político que admitió a la mujer en absoluta igualdad de derechos y obligaciones."

En 1922 se casa con Juan B. Justo. Los avances lentos pero continuos se suceden en el Congreso: en 1925 se sanciona la ley 11.317, sobre trabajo de mujeres, y en 1926 la Ley de Derechos Civiles.

En el Partido Socialista ocupó distintos cargos, integró el Comité Ejecutivo Nacional, fue directora de La Vanguardia y candidata a Diputada Nacional. Recorrió el país realizando campaña y organizando grupos de mujeres.

Pacifista incansable, desde las diversas tribunas en las que participó, la Dra. Moreau realiza un análisis profundo de las causas de la guerra y aboga a favor de una posición activa en pos de la Paz, expresando la necesidad de combatir las causas permanentes de la guerra: el aislamiento económico que los hambrea; el nacionalismo, que intoxica mentalmente a los pueblos; la diplomacia secreta, que los envuelve; el armamentismo que los empobrece y los arrastra al conflicto; el endiosamiento de los conductores, que los convierte en dóciles rebaños.

Apelará en sucesivas oportunidades a las mujeres para conseguir la paz en el mundo, particularmente durante las guerras mundiales; así, lo expresa en sendas publicaciones de La Vanguardia, revista de difusión del Partido Socialista: "Todo ha sido inútil" (1939) y "Las Mujeres Socialistas y la Paz" ( 1944).

En esa década, escribe los libros La mujer en la democracia (1945) y El socialismo según la definición de Juan B. Justo (1946).

En 1951, primera oportunidad en que la mujer puede ser elegida (11/11/51), el Partido Socialista la nómina como candidata a diputada nacional por la Capital Federal junto a María Luisa Berrondo. Dirigió el semanario socialista “La Vanguardia" desde 1956 hasta 1962.

Desde la década del '70 y hasta su muerte fue una impulsora incansable de la unidad de las distintas fracciones en que se encontraba disperso el socialismo en Argentina, entendiendo la necesidad de contar con una herramienta política para superar las injusticias de nuestro país, impulsando la Unidad Socialista en 1981, cuya Mesa de Conducción integró desde 1981 hasta su muerte. En este sentido es que en 1985, como parte de un Mensaje a las compañeras de la Reunión Nacional de Mujeres socialistas, sostuvo: "Reverdecerá y dará flores el viejo tronco socialista y con él al mismo tiempo florecerá la Nación Argentina en la medida en que el pueblo en su conjunto, la clase trabajadora, nosotras las mujeres sepamos luchar por la democracia por la justicia social, pero también por la paz, paz en la Argentina, paz en el mundo".

La última dictadura encuentra en Alicia Moreau una férrea luchadora por los derechos humanos. No vaciló, con sus noventa años, en encaminar la lucha por la defensa de los derechos humanos, sumándose a la fundación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos junto a Raúl Alfonsín, Oscar Alende y Alfredo Bravo, entre otros. Incansable, la dictadura instaurada en 1976 no pudo con ella, con sus ideas, con su solidaridad, y su estatura creció aún más. Ella, que luchó contra el militarismo y el clientelismo defendiendo la educación pública y laica, no escatimó esfuerzos para organizarse en defensa de los derechos humanos con los sectores religiosos que no callaron sus voces, como Jaime De Nevares.

Más allá de los desencuentros históricos Alicia Moreau se abrazó con los sectores sindicales sumando esfuerzos para reconquistar la democracia. Su abrazo con la CGT simbolizó el encuentro de las y los argentinos para construir un país más solidario, libre y democrático donde todas las ideas tengan lugar.

Siempre sumó, siempre construyó; desde la trinchera de sus ideas socialistas luchó por una humanidad nueva como se llamó la revista que a los 25 años dirigió. Una humanidad que entendió que debía ser igualitaria, con justicia social, con posibilidad de desarrollo pleno de las capacidades, con integridad moral, con libertad, con democracia, con paz.

Alicia Moreau es una figura que ha trascendido las fronteras partidarias para extenderse al campo social y moral y a todas las fuerzas políticas. Su nombre es automáticamente asociado al socialismo pero casi no existe mujer política que no la invoque como modelo a seguir y no reconozca la trascendencia de su pensamiento y su acción.

Esos dos elementos –pensamiento y acción– son la síntesis de la vida de Alicia Moreau, una usina de ideas creadoras y una constructora de realizaciones.

Periodista, política, médica y organizadora de las primeras expresiones de las luchas de nuestras mujeres, jamás parcializó ninguno de esos campos, a los que armonizó siempre en su lucha integral por una vida mejor.

Alicia Moreau unió lo social con lo político, el feminismo con la militancia, el socialismo con la democracia, la satisfacción de las necesidades con la libertad de pensar, de creer y de crear.

Fue sin dudas una de las mujeres más influyentes del siglo XX en nuestro país, muchas veces olvidada por la historia oficial. Mujer íntegra, que desde joven y a través de la vocación, el estudio, la comprensión del tiempo y el espacio que le tocó vivir, asumió que debía poner sus esfuerzos en la lucha por la igualdad y la solidaridad y que no había sociedad justa posible sin educación y con oprimidos.

Fue una revolucionaria que siempre creyó que los cambios debían realizarse en democracia.

martes, 3 de mayo de 2011

Hasta luego Don Ernesto

"Yo creo que la verdad es perfecta para las matemáticas, la química, la filosofía, pero no para la vida. En la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza cuentan más."

El sábado pasado a las primeras horas de la mañana nos enterábamos de esta trágica noticia. Y la verdad que no queríamos dejar de no escribirle un par de párrafos en homenaje a una persona que dejo una huella por la literatura y el pensamiento argentino.

Ernesto por sobre todo fue, como diría Aristóteles, “un animal político”. Desde sus inicios militó políticamente, cuando era estudiante participaba en agrupaciones Reformistas (que tomaban las bases de la Reforma Universitaria de 1918) y su tendencia lo llevó a militar en el Comunismo argentino, donde llegó a ser Secretario General de la Federación Juvenil Comunista. Luego de varias disidencias con el gobierno de Stalin en Rusia, decidió alejarse del comunismo y dedicarse de lleno a su profesión donde aporto varios conceptos a lo que hace a la investigación en la Universidad. Posterior a esto, empezó su carrera literaria en donde escribió libros como "El túnel", "Sobre héroes y tumbas", "Abaddón el exterminador", "Uno y el Universo", entre otros muchos ensayos filosóficos y novelas. Recibió numerosos premios, como el "Miguel de Cervantes" en 1983, y algunas de sus novelas fueron traducidas en una gran cantidad de idiomas.

En 1983 presidió la CONADEP en donde se encargo de llevar todos los informes dolorosos de las distintas torturas aplicadas por la última Dictadura Militar, para luego publicar el “Nunca más”, donde redactó el prólogo. Un fragmento de ese relato dice: “únicamente así podremos estar seguros de que nunca más en nuestra patria se repetirán los hechos que nos han hecho trágicamente famosos en el mundo civilizado”. Hoy en día donde seguimos peleando contra los genocidas y reivindicamos los Derechos Humanos en Argentina, le debemos reconocer este aporte y dejar de lado las banderas políticas, o de profanar este texto para poner otro más oficialista.

Sábato fue un luchador a favor de la vida; un militante en contra de todo autoritarismo; una persona, por sobre todo, honrada. Un romántico defensor de la pasión según él. Cuantas veces nos dijo que el progreso tecnológico nada cambia en el corazón del hombre que sigue siendo el mismo. Por todo esto, por sus grandezas y aún en sus errores, le queremos decir gracias. Gracias por haber seguido firme pese a los golpes tremendos que le dio la vida. Gracias por haber elegido la fantasía frente a la ciencia, las palabras frente a los números y las estadísticas, y la libertad frente a la noche.

Podríamos seguir escribiendo hojas y hojas, pero preferimos sintetizarlo en una frase de su propio puño y letra: “solo quienes sean capaces de sostener la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido”.

domingo, 1 de mayo de 2011

A todas y todos los trabajadores, Feliz Día

El primero de Mayo en el día Internacional de los Trabajadores, en el cual recordamos los mártires de Chicago, asesinados producto de la represión. Tampoco podemos dejarnos de acordar aquellas revueltas obreras argentinas como fueron las primeras huelgas de 1898 y el primer paro general de 1902 en donde los obreros exigían condiciones más dignas de trabajo; no podemos dejar de olvidar a los obreros reprimidos y asesinados en la Semana Trágica y, 2 años más tarde en 1921, en la “Patagonia Rebelde”.

El movimiento obrero argentino ha tenido victorias y derrotas a lo largo de su historia. Hoy en día vemos como todo proceso de lucha y reivindicaciones para las y los trabajadores es sistemáticamente parado por el Sindicalismo Burocrático argentino, en donde las “cabezas” de ellos no son nada más, ni nada menos que empresarios como lo es Hugo Moyano en la CGT, usando las herramientas gremiales solo para su beneficio y para el PJ, no convocando a elecciones para la renovación de las autoridades que llevan casi 30 años en este gremio, entre tantas cosas más que podemos escribir.

Entonces viendo esto, nuestro compromiso es seguir trabajando para las y los trabajadores. Hoy en día, no hay mayor reconocimiento a los trabajadores que mantener nuestro firme compromiso en establecer un piso de dignidad y concretar el 82% Móvil; terminar con las zanjas y pozos ciegos en los barrios más postergados y darles cloacas; hacer llegar todos los servicios públicos a todos los barrios: cordón cuneta, gas, agua, pavimento; ayudar a solucionar el problema de viviendas a los sectores populares. También es nuestro compromiso seguir ayudando a las y los jóvenes trabajadores como ya lo hemos hecho con la reducción de la mayoría de edad de 21 a 18 años en donde se daba una paradoja: los jóvenes podíamos ir a una guerra pero no podíamos alquilar una casa para vivir, no podíamos casarnos sin el consentimiento de nuestros padres, no podíamos tener nuestro carnet de conducir para trabajar, no podíamos iniciar nuestro propio negocio, las jóvenes madres que tenían 18 años no podían llevar a sus hijos a atenderse a un hospital sino era con sus abuelos o padres, entre otras tantas cosas. Hay muchos más por seguir trabajando y es nuestro compromiso con los jóvenes: una Residencia Universitaria en donde los jóvenes con menos recursos puedan ir a estudiar carreras terciarias y universitarias; los contratos temporarios en donde se toma a los jóvenes por 2 o 3 meses sin certeza de si siguen trabajando; brindar más oportunidades mediante un plan de Empleo Joven, entre tantas cosas que faltan para las y los jóvenes.

Por eso, nuestro homenaje a todos los y las trabajadoras es comprometernos en mejorar su bienestar, trabajando día a día con ellos. Alfredo Palacios decía "Los Trabajadores Argentinos deben defender sus intereses, pero en igual medida y con mayor firmeza, su libertad para dignificar la vida; solo así la voz de los demagogos despreciables caerá en el vacío, y se reciclarán, históricamente, los derechos esenciales del Hombre". Es por eso que un país que lleve un bienestar a todos sus trabajadores va a empezar a caminar un cierto camino de Justicia e Igualdad para todos sus ciudadanos.

miércoles, 20 de abril de 2011

Discriminación y Violencia

La discriminación, cualquiera sea su causa, es el barro en que se fragua la violencia. Justifica el ejercicio del poder de los que se creen superiores sobre aquellos y aquellas a quienes, por distintas razones, se considera diferente. El problema no radica en que seamos diferentes, todos y todas lo somos, sino en el hecho de que esa diferencia se traduce en desigualdad en el efectivo ejercicio de los derechos.

El patriarcado, forma de organización social que se sustenta precisamente en este pensamiento, considera que lo masculino es superior a lo femenino.

Según Marta Fontela “… el patriarcado puede definirse como un sistema de relaciones sociales sexo-políticas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y colectiva, oprimen a las mujeres también en forma individual y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos o mediante el uso de la violencia.”

La Organización Mundial de la Salud habla de la violencia contra las mujeres como de una pandemia, porque se extiende en todo el mundo, todas las culturas, todas las clases sociales. Tiene además, con relación a otras pandemias, un agravante, ha sido silenciada, tolerada y naturalizada, es decir, forma parte una cultura patriarcal basada en la convicción de que los hombres son superiores a las mujeres y pueden ejercer poder sobre ellas. Esta creencia, justificada por el discurso filosófico, jurídico, religioso y médico ha generado una conducta discriminatoria que se traduce en violencia. Violencia que se padece en la case, en la calle, en la escuela, en las instituciones, a través de los medios de comunicación, etc.

Una violencia que se manifiesta de distintas maneras, puede ser verbal, psicológica, física, sexual, simbólica, económica. Hablamos de humillaciones, insultos, golpes, retaceo del manejo de los bienes comunes, diferencias salariales, violaciones y muertes.

En nuestro país en 2009 se verificaron casi 300 femicidios; para fines de 2010 se sobrepasaron los 216. ¿A qué llamamos feminicidio? A los crímenes que se comenten contra las mujeres por su condición de tales, por ser mujer. No se trata de un asesinato en el transcurso de un robo, eso le puede pasar a un hombre o una mujer. Hablamos de asesinatos, en su mayoría cometidos por parejas o ex parejas y encubiertos muchas veces bajo el título de “Crimen Pasional”. No hay ninguna pasión, no hay honor mancillado, no hay ninguna clase de amor ciego. Lo que tenemos es un hombre que se siente “más macho” que persona y cree que tiene el derecho de imponer a una mujer su voluntad porque – volvemos al concepto inicial – se siente con más poderes, con más derechos porque ha sido educado dentro del sistema patriarcal del que hablábamos.

Desarticular este sistema es una tarea ardua y permanente.
Necesitamos de muchos actores sociales, instituciones, organizaciones y legisladores. La escuela y los medios de comunicación resultan de una gravitación esencial.

Formarse en la igualdad supone romper con los estereotipos de género estructurados a lo largo de la historia, que coloca a las mujeres en el lugar de “naturales” reproductoras y cuidadoras de hijos o hijas, maridos, familiares mayores, etc.

Nadie puede ya poner en duda el avance fenomenal que en la normativa nacional e internacional han logrado las mujeres. No se puede negar la visibilidad que se le ha dado al problema de la violencia ejercida sobre esta mitad de la población. Las mujeres han logrado, a fuerza de lucha militante – que así se conquistan los derechos – a ocupar los espacios que por siglos nos fueron negados.

Sin embargo, el sistema patriarcal sigue cobrándose vida de mujeres: son la mayoría de las víctimas de la trata de personas; perciben menor salario por igual trabajo; sufren, en algunos lugares de este mundo, la lapidación o la infibulación genital; sus cuerpos constituyen el botín de guerra en muchos entrenamientos, especialmente aquellos que se producen entre etnias.

La igualdad entre hombres y mujeres no puede ser un slogan de campaña, para nosotros como Juventud Socialista es un reclamo y una lucha a la par de todas las mujeres para erradicar la violencia.

lunes, 11 de abril de 2011

Proyecto del Bloque de Diputados Socialistas en defensa de la Comunidad Mapuche

La Diputada Socialista Mónica Fein presentó un pedido de informes al Poder Ejecutivo Nacional sobre el conflicto territorial entre la comunidad Mapuche Santa Rosa, de la provincia de Neuquén, y la Compañía de Tierras del Sud Argentino Sociedad Anónima, propiedad de la multinacional Benetton.


“La historia del pueblo mapuche en nuestro país es la misma historia de usurpación de territorios y discriminación política, cultural, económica y social que viven todos los pueblos indígenas del país y de América latina a partir de la colonización de nuestro continente”
, señala Fein, quien agrega que “el conflicto por el territorio de la comunidad Santa Rosa, con la Compañía de Tierras del Sud Argentino Sociedad Anónima, surge públicamente cuando a principios de 2004 esa empresa, ya de propiedad de Benetton, recurrió al sistema jurídico argentino para expulsar a las familias mapuches de sus tierras con el objeto de facilitar la crianza de ovinos, materia prima fundamental para su industria textil. En los últimos 15 años, Benetton ha adquirido aproximadamente 900 mil hectáreas de tierra en las provincias patagónicas de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, justamente con el objetivo de satisfacer la demanda de lana para su industria”.


El despojo de sus tierras ancestrales contradice el articulo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional Argentina que “reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos”. El despojo a los mapuches contraviene también el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas (convenio ratificado por nuestro país a través de la Ley 24.071), que establece el compromiso de los estados de reconocer a los pueblos indígenas el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan y, que además los estados “deberán tomar medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos indígenas a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia. … se deberá prestar particular atención a la situación de los pueblos nómadas y de los agricultores itinerantes”.

La iniciativa consulta:


1) Si el Instituto de Asuntos Indígenas, como establece la ley de su creación y el decreto reglamentario, ha relevado catastralmente los territorios tradicionalmente ocupados por las comunidades mapuches.

2) Indique específicamente si las tierras en conflicto han sido relevadas y cuál fue el resultado de dicho acto; en caso de no haberse relevado, informe si las mismas fueron objeto de reclamos anteriores por parte de sus actuales ocupantes.

3) ¿Cuál es la actuación institucional y jurídica del Estado Nacional con respecto a las causas judiciales relacionadas con reclamos de tierra por parte de los pueblos originarios?

4) ¿Qué postura asumió el INAI con respecto al último fallo judicial del día 3 de marzo que ordena el desalojo de los mapuches de la comunidad Santa Rosa?

5) Detalle las acciones llevadas a cabo a fin de hacer cumplir la Constitución Nacional, y la Ley 26.160 de emergencia habitacional indígena.

6) Informe en qué fecha está previsto culminar el relevamiento de tierras dispuesto en la ley 26.160.

sábado, 2 de abril de 2011

Las Malvinas son Argentinas

Este 2 de Abril recordamos los 27 años del inicio de la Guerra de las Malvinas. Pero la disputa comenzó antes, por el año 1833 donde el Reino Unido se apodero ilegítimamente de las Islas, rompiendo con un derecho fundamental que tiene que tener cualquier país en el Mundo: la soberanía nacional.

En esta fecha, pero en 1983, se inició el desembarco argentino en las islas y la guerra terminó el 14 de junio del mismo año, con el triunfo Británico. En el medio hubo jóvenes soldados argentinos, que con muy poca instrucción militar, pelearon y murieron dejando cada vez más manchas a un Gobierno de Facto que nunca se van a borrar. Fueron 649 argentinos que perdieron la vida.

¿Por qué se vienen a quedar con un par de islas? Ahí está el centro de la cuestión, es meramente económica. En 2010 Gran Bretaña inició la búsqueda y explotación de hidrocarburos que son muy importantes en su vida económica, lo que demuestra que algunos países siguen actuando con la misma lógica imperialista que hace 200 años atrás, rompiendo con la soberanía de cualquier país.

Alfredo Palacios decía “nosotros, que repudiamos el derecho de conquista, hemos de protestar contra la injusticia del despojo”. Es por eso que nos preguntamos ¿Hasta cuándo? Todos los años que se reúne la Comité de Descolonización de la Naciones Unidas, invita al diálogo que siempre es ignorado por Gran Bretaña. El asunto de las Malvinas es uno de los últimos enquistes coloniales que forma parte de las cuestiones pendientes del derecho internacional. Las colonias en el siglo XXI son residuos anacrónicos de un mundo que rechaza el orden de la fuerza y reclama la convivencia pacífica global.

Es por eso que como Jóvenes Socialistas no podemos dejar poner entre nuestros primeros puntos a la paz y la convivencia entre todos: no queremos volver a repetir guerras absurdas que solo dejan muertos, hambre y un pueblo o nación pisando a otra. Los enclaves coloniales y el imperialismo no tienen argumento, no conocen justificación, son solo el resultado de la fuerza contrariando al derecho y la justicia.

Las Malvinas son y serán por siempre Argentinas. Por más que hoy solo nuestra presencia se vea marcada en las cruces de aquellas vidas de los jóvenes soldados argentinos, más temprano que tarde habrá una bandera argentina flameando soberanamente.