
Hoy en día, sabemos que el planeta y, por sobre todo, el ambiente no es el mismo que hace 50 años atrás. Los recursos naturales, tanto renovables como los no renovables, han sido explotados a niveles obscenos, la contaminación por parte de la mano del hombre ha causado daños casi irreparables, lo que nos deja como conclusión que ya no tenemos un ambiente sustentable.
A todo eso hay que sumarle un problema más como lo es el Calentamiento Global. Este fenómeno se produce por la disminución de la capa de ozono como consecuencia de la contaminación generada por la mano del hombre. Esto produce un retroceso de los glaciares en todo el mundo; según datos científicos hay un promedio de retroceso del 10% en 10 años, lo que nos deja la conclusión de que en 100 años más no vamos a tener más glaciares.
La Argentina actual no escapa a esta realidad: lo vemos todos los días en los campos y grande pools de soja en donde los aviones pasan arrojando glifosato y demás componentes químicos, no solo para facturar más a fin de temporada, sino también contaminando todo el ambiente e intoxicando personas que viven a pocos kilómetros; lo vemos todos los días cuando las grandes empresas de la minería (que son extranjeras) explotan todos nuestros recursos naturales llevándolos hacia sus países, sin pagar un solo centavo y sin importarles cómo dejan todo nuestro sistema ecológico, derrochando miles y miles de litros de agua; lo vemos todos los días como deforestan los grandes y pequeños pulmones de árboles, generando grandes impactos ambientales que quedan reflejados en las sequías, inundaciones.
Podríamos seguir nombrando miles de problemas ambientales más que se generan por la falta de cuidado del Ambiente, pero la pregunta es ¿Qué ha pasado todo este tiempo? ¿Nadie vio nada? Lamentablemente, el modelo ambiental vigente no es otro; es el mismo que en los 90: el mismo modelo Neoliberal que se encargó de saquear económicamente el país y de destruir todo el medioambiente. Estos resabios del Neoliberalismo se ven reflejado hoy en día en la Minería, porque estos mega emprendimientos surgieron en aquella época. El modelo de producción capitalista mundial es claro: solo importa las ganancias, llevando como estandarte aquella frase de maquiavelista, “el fin no justifica los medios”; por lo tanto da lo mismo tirar abajo un bosque o contaminar una ciudad con tal de recaudar cada vez más y más plata.
Entonces, el corolario que evidentemente se desprende es que la lucha contra las corporaciones debe hacerse en serio. En esta Argentina, pareciera que hay sectores productivos, industriales y corporativos que son buenos y otros que son malos. Los que son malos se los combate, los buenos se los promueven. Por lo tanto lo que hace falta en este país son leyes que peleen contras las corporaciones, y que les exija rendir cuentas ante la sociedad, para que estas no hagan lo que quieran.
En conclusión, no hay gobierno, partido o coalición progresista sin una agenda ambiental que tenga como ejes el cuidado de un ambiente sustentable para las siguientes generaciones. Porque con este tipo de políticas, no nos cabe ninguna duda, que vamos a empezar a construir una sociedad más justa, digna e igualitaria para todas y todos los argentinos.
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