
“Hombres de una República libre acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas con el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos; las resonancias del corazón nos lo advierten; estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.” Extracto del Manifiesto Liminar
El 15 de junio estalla en Córdoba las protestas estudiantiles originadas ya desde el año 1917. Los estudiantes exigían, en aquella época, un cambio de rol en la Universidad la cual seguía manteniendo esa esencia conservadora, heredada de Siglos anteriores, la cual ya tenía un agotamiento pronunciado y necesitaba, necesariamente reformularse y, por sobre todo, cambiarse.
A principios de Marzo de 1918, los estudiantes de Córdoba venían participando en sus propios Centros y el 10, del mismo mes, generan las primeras manifestaciones callejeras, llegando a publicar 4 días más tarde el primer documento del Comité Pro-Reforma. El 20 de Marzo, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba hace oídos sordos y rechaza los reclamos estudiantiles, lo que originó reclamos y marchas masivas. El 1 de Abril los estudiantes decretan huelga; clausuran las aulas y no concurren a clases, paralizando las actividades académicas de la UNC.
El 28 de Mayo se realizan las elecciones del claustro docente, en la cual los candidatos de los Estudiantes consiguen una gran participación en la Asamblea Universitaria convocada para el 15 de Junio.
El 15 de Junio arranca la Asamblea Universitaria con la disputa entre los Estudiantes y Conservadores. Con un quórum de 42 consejeros de 45, se inician las votaciones; en la primera y segunda vuelta de las votaciones, los Conservadores se imponen sobre los Estudiantes por 15 a 13 votos, quedando 10 para un tercer candidato. En la tercer y última vuelta, quedan enfrentados solo los Conservadores y los Estudiantes; los Conservadores ganan por 23 a 13 ya que 9 de los 10 docentes liberales (aliados con los Estudiantes), presionados por el aparato clerical, ceden sus votos. Es ahí donde la derrota de los Estudiantes inicia la Revolución Universitaria, conocida como la Reforma.
Para el 17 de Junio se realizaron un par de actos públicos y 4 días después Deodoro Roca redactó el Manifiesto Liminar, él cual contenía la posición de todos los estudiantes.
El 11 de Julio, el Concejo Superior clausura la UNC. Y, el 21 del mismo mes se convoca al primer congreso de FUA, en él cual, se dejan explícitas las necesidades que tenía que cubrir la “Nueva Universidad”.
El rector, recientemente electo, Nores no tolera las manifestaciones y ante la ingobernable situación que vivía, decide renunciar junto a un grupo de profesores. Entonces, nombran como interventor al Dr. José Salinas, quién se hace eco de las protestas estudiantiles y decide reformar todos los estatutos y da lugar muchas aspiraciones y postulados estudiantiles.
Los postulados de aquellos jóvenes eran: Autonomía Universitaria, Cogobierno Universitario, Ingreso Irrestricto, Asistencia Libre, Cátedra Libre, Cátedras Paralelas, Concursos y periodicidad de Cátedras, Extensión Universitaria, elección de sus propias autoridades.
Fue tan grande el movimiento que hizo la juventud en aquel entonces que muchas instituciones, sindicatos y políticos de aquella época adhirieron y lucharon por ella. Tal es el caso, que en los actos del 17 de Junio habló Alfredo Palacios ante 9000 estudiantes aproximadamente; como también en la voz de Juan B. Justo: “En realidad el conflicto es el del nuevo espíritu que ha llegado a Córdoba a pesar de su Universidad, resultado de la nueva vida colectiva, de lo que la juventud estudiosa de Córdoba ve que sucede en el campo de la producción y el comercio, en los ferrocarriles, en la prensa, en la propaganda política de algún partido, en el nuevo ejercicio del derechos del sufragio, actividades nuevas que se imponen allí a la atención de la juventud y le han dado impulso hasta conmover los cimientos de aquella institución decrépita…Es necesario limpiar las claraboyas de la Universidad de Córdoba, todas ellas ennegrecidas por el polvo pegajoso de la tradición, que no se limpia desde hace siglos.”
La Reforma Universitaria del 18 fue tan grande que provocó que los países de América Latina generaran su propia reforma, y tuvo gran influencia en el recordado Mayo Francés en un hecho realmente inédito y sin precedentes, ya que por primera vez un país europeo tomara algo gestado en Latinoamérica.
Fue un movimiento originado por los jóvenes, que unidos supieron entender y comprender los tiempos y demandas de aquella época.
En síntesis, “los jóvenes del 18” no solo querían, sino que también creían en Universidad democrática y de mayorías, Pública, Libre y Gratuita.
La Educación Superior del Siglo XXI
Hoy nos encontramos frente a muchos logros que tuvo la Universidad en la Reforma tuvieron un retroceso. Primero fue en la época de Onganía en la denominada “noche de los bastones largos”, donde se anularon los estatutos aprobados por los estudiantes; luego en el último golpe militar del 76 donde directamente no hubo actividad política y se reprimió y torturo a los estudiantes que participaban en los Centros de Estudiantes; y por último, la década del 90 que fue el auge del neoliberalismo en la Argentina; se introdujeron un montón de reformas en lo social, cultural, educación primaria y secundaria, económicas y laborales las cuales significaron un retroceso que todavía en 2010 todas y todos los argentinos sufrimos. Por supuesto que la educación superior no quedó afuera de estas “reformas”: se sancionó una ley, a espaldas de la comunidad universitaria, la cual pone por un lado al conocimiento y la educación como una mercancía al servicio del mercado, y por otro, desfinancia a la educación arancelándola, y poniendo exámenes de ingreso (en algunos casos) ya que el presupuesto no está echo para la cantidad de jóvenes que quieren estudiar. Además, esta ley menemista beneficia a las Universidades e Institutos Privados.
Los resultados están a la vista, cada vez la desigualdad es más grande en todos los lugares de la Argentina; en el ámbito terciario y universitario son menos los jóvenes que pueden acceder a ella reduciendo el número de ingresantes año a año.
Como lo creían aquellos jóvenes reformistas, la Educación al ser Libre, Pública y Gratuita, es directamente una responsabilidad innegable del Estado Nacional mejorar los magros presupuestos que sede de sus arcas a cada Universidad ya que, hoy en día, en muchas Universidades y Facultades se hace casi imposible mantener en buenas condiciones todos los laboratorios, bibliotecas, becas de investigación, capacitaciones docentes y herramientas que hacen a la formación del estudiante.
En el año del Bicentenario no podemos dejar pasar la oportunidad de cambiar esta realidad en la que muchas y muchos jóvenes universitarios se encuentran inmersos. Creemos necesario avanzar en los retrocesos generados en las décadas pasadas como lo hicieron aquellos jóvenes en 1918, haciendo esa “Revolución de Conciencias” y, por sobre todo, estando unidos y mirando todos para el mismo lado con el mismo objetivo.
Como PS tenemos una nueva Ley de Educación Superior pero no nos creemos ni los iluminados ni los dueños de la verdad, sino todo lo contrario; creemos necesario dar el puntapié mediante una nueva Ley para que se discuta y modifique lo que haga falta a la realidad universitaria. En síntesis dar el debate y que la comunidad universitaria y la ciudadanía defina que rumbo debe tener la Universidad, que profesional debe formar.
Por eso, quienes formamos parte del MNR y nos definimos como Reformistas debemos ser hoy los máximos defensores de la Universidad Pública, Libre y Gratuita.En conclusión, nos quedamos con esta frase de José L. Romero quien sintetiza como tiene que ser la vida de la Universidad: “Nadie quiere una Universidad Reformada: se quiere intensamente una Universidad reformista, en trance de Reforma.”
A principios de Marzo de 1918, los estudiantes de Córdoba venían participando en sus propios Centros y el 10, del mismo mes, generan las primeras manifestaciones callejeras, llegando a publicar 4 días más tarde el primer documento del Comité Pro-Reforma. El 20 de Marzo, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba hace oídos sordos y rechaza los reclamos estudiantiles, lo que originó reclamos y marchas masivas. El 1 de Abril los estudiantes decretan huelga; clausuran las aulas y no concurren a clases, paralizando las actividades académicas de la UNC.
El 28 de Mayo se realizan las elecciones del claustro docente, en la cual los candidatos de los Estudiantes consiguen una gran participación en la Asamblea Universitaria convocada para el 15 de Junio.
El 15 de Junio arranca la Asamblea Universitaria con la disputa entre los Estudiantes y Conservadores. Con un quórum de 42 consejeros de 45, se inician las votaciones; en la primera y segunda vuelta de las votaciones, los Conservadores se imponen sobre los Estudiantes por 15 a 13 votos, quedando 10 para un tercer candidato. En la tercer y última vuelta, quedan enfrentados solo los Conservadores y los Estudiantes; los Conservadores ganan por 23 a 13 ya que 9 de los 10 docentes liberales (aliados con los Estudiantes), presionados por el aparato clerical, ceden sus votos. Es ahí donde la derrota de los Estudiantes inicia la Revolución Universitaria, conocida como la Reforma.
Para el 17 de Junio se realizaron un par de actos públicos y 4 días después Deodoro Roca redactó el Manifiesto Liminar, él cual contenía la posición de todos los estudiantes.
El 11 de Julio, el Concejo Superior clausura la UNC. Y, el 21 del mismo mes se convoca al primer congreso de FUA, en él cual, se dejan explícitas las necesidades que tenía que cubrir la “Nueva Universidad”.
El rector, recientemente electo, Nores no tolera las manifestaciones y ante la ingobernable situación que vivía, decide renunciar junto a un grupo de profesores. Entonces, nombran como interventor al Dr. José Salinas, quién se hace eco de las protestas estudiantiles y decide reformar todos los estatutos y da lugar muchas aspiraciones y postulados estudiantiles.
Los postulados de aquellos jóvenes eran: Autonomía Universitaria, Cogobierno Universitario, Ingreso Irrestricto, Asistencia Libre, Cátedra Libre, Cátedras Paralelas, Concursos y periodicidad de Cátedras, Extensión Universitaria, elección de sus propias autoridades.
Fue tan grande el movimiento que hizo la juventud en aquel entonces que muchas instituciones, sindicatos y políticos de aquella época adhirieron y lucharon por ella. Tal es el caso, que en los actos del 17 de Junio habló Alfredo Palacios ante 9000 estudiantes aproximadamente; como también en la voz de Juan B. Justo: “En realidad el conflicto es el del nuevo espíritu que ha llegado a Córdoba a pesar de su Universidad, resultado de la nueva vida colectiva, de lo que la juventud estudiosa de Córdoba ve que sucede en el campo de la producción y el comercio, en los ferrocarriles, en la prensa, en la propaganda política de algún partido, en el nuevo ejercicio del derechos del sufragio, actividades nuevas que se imponen allí a la atención de la juventud y le han dado impulso hasta conmover los cimientos de aquella institución decrépita…Es necesario limpiar las claraboyas de la Universidad de Córdoba, todas ellas ennegrecidas por el polvo pegajoso de la tradición, que no se limpia desde hace siglos.”
La Reforma Universitaria del 18 fue tan grande que provocó que los países de América Latina generaran su propia reforma, y tuvo gran influencia en el recordado Mayo Francés en un hecho realmente inédito y sin precedentes, ya que por primera vez un país europeo tomara algo gestado en Latinoamérica.
Fue un movimiento originado por los jóvenes, que unidos supieron entender y comprender los tiempos y demandas de aquella época.
En síntesis, “los jóvenes del 18” no solo querían, sino que también creían en Universidad democrática y de mayorías, Pública, Libre y Gratuita.
La Educación Superior del Siglo XXI
Hoy nos encontramos frente a muchos logros que tuvo la Universidad en la Reforma tuvieron un retroceso. Primero fue en la época de Onganía en la denominada “noche de los bastones largos”, donde se anularon los estatutos aprobados por los estudiantes; luego en el último golpe militar del 76 donde directamente no hubo actividad política y se reprimió y torturo a los estudiantes que participaban en los Centros de Estudiantes; y por último, la década del 90 que fue el auge del neoliberalismo en la Argentina; se introdujeron un montón de reformas en lo social, cultural, educación primaria y secundaria, económicas y laborales las cuales significaron un retroceso que todavía en 2010 todas y todos los argentinos sufrimos. Por supuesto que la educación superior no quedó afuera de estas “reformas”: se sancionó una ley, a espaldas de la comunidad universitaria, la cual pone por un lado al conocimiento y la educación como una mercancía al servicio del mercado, y por otro, desfinancia a la educación arancelándola, y poniendo exámenes de ingreso (en algunos casos) ya que el presupuesto no está echo para la cantidad de jóvenes que quieren estudiar. Además, esta ley menemista beneficia a las Universidades e Institutos Privados.
Los resultados están a la vista, cada vez la desigualdad es más grande en todos los lugares de la Argentina; en el ámbito terciario y universitario son menos los jóvenes que pueden acceder a ella reduciendo el número de ingresantes año a año.
Como lo creían aquellos jóvenes reformistas, la Educación al ser Libre, Pública y Gratuita, es directamente una responsabilidad innegable del Estado Nacional mejorar los magros presupuestos que sede de sus arcas a cada Universidad ya que, hoy en día, en muchas Universidades y Facultades se hace casi imposible mantener en buenas condiciones todos los laboratorios, bibliotecas, becas de investigación, capacitaciones docentes y herramientas que hacen a la formación del estudiante.
En el año del Bicentenario no podemos dejar pasar la oportunidad de cambiar esta realidad en la que muchas y muchos jóvenes universitarios se encuentran inmersos. Creemos necesario avanzar en los retrocesos generados en las décadas pasadas como lo hicieron aquellos jóvenes en 1918, haciendo esa “Revolución de Conciencias” y, por sobre todo, estando unidos y mirando todos para el mismo lado con el mismo objetivo.
Como PS tenemos una nueva Ley de Educación Superior pero no nos creemos ni los iluminados ni los dueños de la verdad, sino todo lo contrario; creemos necesario dar el puntapié mediante una nueva Ley para que se discuta y modifique lo que haga falta a la realidad universitaria. En síntesis dar el debate y que la comunidad universitaria y la ciudadanía defina que rumbo debe tener la Universidad, que profesional debe formar.
Por eso, quienes formamos parte del MNR y nos definimos como Reformistas debemos ser hoy los máximos defensores de la Universidad Pública, Libre y Gratuita.En conclusión, nos quedamos con esta frase de José L. Romero quien sintetiza como tiene que ser la vida de la Universidad: “Nadie quiere una Universidad Reformada: se quiere intensamente una Universidad reformista, en trance de Reforma.”
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